miércoles, 9 de diciembre de 2015

Del postdebate al voto centrándonos en el debate.

El debate celebrado el pasado lunes 7 de diciembre trae cola por muchos motivos, yo quiero centrarme en el durante. En primer lugar ningún contendiente debiera haber permitido varias anomalías desde mi punto de vista, como que el principal contendiente no estuviera presente y delegara en su escudera el intentar dar la talla, que no la dio, mientras él retozaba en el PN de Doñana. Esa actitud demuestra una cobardía sin precedentes en un máximo gobernante al no enfrentarse a la crítica de su nefasta gestión, una gestión marcada por el retroceso de los derechos sociales de los españoles y españolas, por el castigo a las clases sociales más bajas, por hacer desaparecer a las clases medias y por enriquecer aún más a sus amiguitos del alma del IBEX 35.

En segundo lugar, se habla mucho de la interconectividad, que hoy en día no se puede caminar sin internet, etc., etc. Es un mensaje que nos mandan pero que no se lo acaban de creer, porque cómo es posible que no se permitieran dispositivos móviles para que cualquier dato que se diera pudiera ser contrastado por los otros comparecientes y quedara retratado el que lanzara un dato falso. Así ocurrió más de una vez y no se cayó en rectificar a más de uno y principalmente a una.

En tercer lugar por qué no se les invitó a que se apoyaran en los atriles. Desde mi punto de vista hubieran estado más cómodos a la hora de hablar.


Y el remate del tomate…, se les “castigó” sin poder utilizar el váter, ¡claro por si sacaban alguna chuleta! Demasiado para mi cuerpo. Eso sí, que fuera dirigido por una periodista que va de diva por la vida, engreída como ella sola, que parecía la protagonista, desde mi punto de vista tampoco se debiera haber permitido.

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